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Música

Aprendí el verdadero significado de ser DJ tras mezclar un set diez horas continuas

El recién instalado residente de The Bunker NY explica cómo lo hizo.
Ravers at The Bunker and Unter's recent 36-hour party in New York (All illustrations were drawn on-site by Howl)

_Patrick Russell de Detroit, viviendo actualmente en Brooklyn, es el residente de The Bunker, lo cual no es poca cosa, considerando la reputación que el sitio ha obtenido en los últimos 13 años gracias a sus fiestas de techno, las cuales son pieza clave dentro de la escena electrónica de Nueva York. Como miembro central del sello y colectivo de Detroit, _Interdimensional Transmissions,_ el DJ primero tocó con la familia de The Bunker en el 2009, durante una de sus infames fiestas Now Way Back en esa ciudad. Desde entonces, Russell ha colaborado continuamente con el equipo de Nueva York y para marcar su inducción a circulo muy estimado que incluye al co-fundador de The Bunker, Bryan Kasenic, a Derek Plaslaiko y a Mike Servito, recientemente puso en pie en un terreno que sólo los DJs más experimentados (y de fuerte vegija) pueden pisar: el mezclar por diez horas continúas._

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_La maratónica presentación—o novatada, dependiendo cómo lo veas—cerró una fiesta de 36 horas realizada la semana pasada por _The Bunker_ y Unter, en el hotel Market de la ciudad de Nueva York. También nos trae el último EP de Russell, donde el remezcló tres tracks del viejo catálogo de The Bunker. "Me gusta hacer remixes porque me gusta trabajar dentro de ciertos parámetros establecidos," comenta Russell a THUMP vía telefónica. "Cuando estás haciendo música por tu cuenta viene desde el corazón y eso es genial, pero también es completamente ilimitado. [Con estos tracks] vi oportunidades para llevarlos en diferentes direcciones que no fueran necesariamente el estilo four-on-the-floor. Siento que hay mucha más libertad en ello." Lee a continuación la narración de Russell sobre su maratónico set—y sobre cómo hacerlo con estilo. —Michelle Lhooq_

Patrick Russell de Detroit, viviendo actualmente en Brooklyn, es el residente de The Bunker, lo cual no es poca cosa, considerando la reputación que el sitio ha obtenido en los últimos 13 años gracias a sus fiestas de techno, las cuales son pieza clave dentro de la escena electrónica de Nueva York. Como miembro central del sello y colectivo de Detroit, Interdimensional Transmissions, el DJ primero tocó con la familia de The Bunker en el 2009, durante una de sus infames fiestas Now Way Back en esa ciudad. Desde entonces, Russell ha colaborado continuamente con el equipo de Nueva York y para marcar su inducción a circulo muy estimado que incluye al co-fundador de The Bunker, Bryan Kasenic, a Derek Plaslaiko y a Mike Servito, recientemente puso en pie en un terreno que sólo los DJs más experimentados (y de fuerte vegija) pueden pisar: el mezclar por diez horas continúas.

La maratónica presentación—o novatada, dependiendo cómo lo veas—cerró una fiesta de 36 horas realizada la semana pasada por The Bunker y Unter, en el hotel Market de la ciudad de Nueva York. También nos trae el último EP de Russell, donde el remezcló tres tracks del viejo catálogo de The Bunker. "Me gusta hacer remixes porque me gusta trabajar dentro de ciertos parámetros establecidos," comenta Russell a THUMP vía telefónica. "Cuando estás haciendo música por tu cuenta viene desde el corazón y eso es genial, pero también es completamente ilimitado. [Con estos tracks] vi oportunidades para llevarlos en diferentes direcciones que no fueran necesariamente el estilo four-on-the-floor. Siento que hay mucha más libertad en ello." Lee a continuación la narración de Russell sobre su maratónico set—y sobre cómo hacerlo con estilo. —Michelle Lhooq

Patrick Russell: Es una clase de cliché decir que un DJ set debe llevar a la gente en un viaje. Mucha gente dice eso, pero creo que hay DJs que sólo tocan lo que les ajusta—sólo porque estes tocando algo de house y techno no significa que estes llevando a la gente a un viaje. Me gusta contar historias, ir de un punto a otro por un largo periodo de tiempo, usando discos interesantes que quizá son difíciles de mezclar y creando un dialogo extraño con el público. Me desafió de forma intensa y aunque es increíblemente estresante, es diez veces más gratificante. Facilmente podría mezclar el Top 10 de Beatport de techno que son fáciles de mezclar, pero de verdad disfruto el reto de tocar un montón de discos viejos y estilo diferentes. Algunas veces funciona perfectamente y otras no funciona tan bien.

Realmente no planeo mis sets. Lo dejo ir y mezclo por oído, porque me baso casi por completo en la vibra de la gente. Creo que algunos DJs piensan demasiado su set y no se dan cuenta de eso o usan un BPM que no es el que la gente quiere. Incluso en mis primeros días de DJ en el 93 y 94—en una fiesta house en un pequeño pueblo donde estaba mezclando discos cursis, porque apenas iba comenzando—era realmente bueno manipulando la energía de un cuarto. Pero pasé incontables horas tocando en tornamesas que ni siquiera tenían control de pitch. Forzarte a ti mismo a practicar, aún cuando no tienes el mejor equipo, te hace mejor.

Tienes que saber lo que la gente quiere antes de que ellos sepan que lo quieren.

Estos días, ya no tengo que practicar tanto en casa. Llegué a un cierto punto donde hay tanta memoria muscular, que se vuelve algo instintivo—casi lo haces por reflejo, medio dormido. Ahora, me puedo presentar con un montón de track, dejarlos salir y hacer un trabajo muy decente en la mezcla. El tiempo es lo más estresante—estás tocando tracks de cuatro minutos, haciendo capas entre ellos de uno o dos minutos. Eso te da como un minuto para encontrar el siguiente track en una memoria con 700 tracks, ajustarlo al tempo correcto, preparar el cue y comenzar a tocar.

Algunas personas amistosas trajeron buenas vibras a la pista de baile.

Antes de la fiesta del otro fin de semana de Bunker x Unter, nunca había hecho un set de diez horas—ocho horas era lo más largo que había tocado frente al público, en agosto del 2014 en la fiesta en Trans Pecos del Bunker. Diez horas requieren mucha más preparación y concentración. Cuando toqué un set de entre dos y tres horas el mes pasado en Berghain, aunque puse mucha concentración y preparación en él, estaba entre otros dos DJs que estaban tocando un techno intenso. No puedes ir por todo el lugar; es un gran cuarto que requiere música poderosa y es por ello que va la gente. Puedes rifarte por dos o tres horas—es muy fácil mantener el nivel. Pero no puedes hacer eso a la gente por diez horas; en lugar de eso, es una oportunidad de ser flexible y mostrar de qué estás hecho.

Al primer DJ que vi tocar un set de ocho horas en persona fue a Donato Dozzy. Me mostró que hay una forma de avanzar con moderación; él no va directo al punto y sabía cómo mantener a todos atrapados hipnóticamente sin manipular mucho la energía o recurrir a trucos como tirar un clásico muy pegajoso. Esto requiere algo de habilidad. Hace unos meses, también vi a Theo Parrish tocar por nueve horas en una bodega de Brooklyn. Él es casi lo opuesto a Dozzy, no sabes que clase de track va a venir después. Puede ir de los ritmos ácidos de Chicago a la fusión jazz—tocar por todo el lugar y cambiar de velocidades—mientras logra mantener todas estas cosas juntas. Es fenomenal. Donato Dozzy y Theo Parrish representan polos opuestos, pero logran sus metas de forma increíble y tomé inspiración de ambas partes.

Amigas dándose apoyo en diferentes estados de éxtasis.

En la fiesta de Bunker x Unter, sabía con que track iba a comenzar y desde ahí toque casi todo por oído. Traje 700 tracks conmigo. Creo que toqué casi 200. Era la primera vez que tocaba completamente de forma digital en CDJs por tanto tiempo. Quise retarme siendo más organizado y acomodar todo en diferentes carpetas. Cuando escucho música, el track me dice en que parte del set debería tocarlo—al inicio, en el momento principal, etc. Una o dos semanas previas a la fiesta, pasé una o dos horas diarias paseando por la música que tenía y en los últimos dos días llegué a donde necesitaba estar. Puedo prepararme mentalmente para llegar ahí, pero si preparo mucho por adelantado terminó cambiando de opinión. Así que prefiero meterme con lo que estoy sintiendo ese día, trabajar esas emociones y avanzar basado en ello.

Ya que no estaba comenzando desde cero—había una fiesta llena de energía sucediendo desde hace 26 horas y estaba comenzando a explotar de verdad—sabía que tenía que intentar llevarla más lejos y mantenerla así lo que durará la noche.

Mi primer track fue "Riots in Brixton" de Todd Terry (bajo su alias de English Friday). Mike Servito, quien ha sido mi amigo por varios años, tocó antes que yo y sé que él toca un house más movido, así que sabía que este track sería perfecto para mantener el mismo tempo.

Al menos por seis horas toque ese ritmo intenso—material con beats verdaderamente fuertes. Entonces, comencé a decantarme hacía un territorio más orientado a las baterías—algo más viejo, tracks que se movían a los inicios de Warp Records.

Por hora y media, toqué el viejo material de Chicago con ritmos percusivos, haciendo que la gente trabajará más hasta que fui a la fuerte zona del ácido.

En la parte más pesada de la noche, estaba tocando un montón de acid alemán de mediados de la década de 1990. Toque media docena de tracks de Wolfgang Voigt, que ha publicado material bajo más de 30 alias, incluyendo este viejo conocido como Love Inc:

A partir de ahí, traté de poner la música más extraña y abstracta. Eso me llevó a una sección donde estaba tocando acid y electro al mismo tiempo, entrando y saliendo. Hacía las 6 o 7 de la madrugada, aceleré hacía un electro más rápido y finalmente toque este track de Like-A-Tim, del sello Djax-Up-Beats de 1996. Es un intenso track llamado "Scale", donde el tempo cambia. De todas formas estaba tocando a 136 BPM y pensé que sería divertido confundir a todos con el tempo. La forma en que se corta al final del track, pensé que era una oportunidad de llevar a todos abajo y darles un descanso tras tocar enérgicamente por seis o siete horas. Los lleve hasta loas 119 o 120 BPM, significativamente más lento, con estos tracks épicamente largos por las siguientes dos horas, de 7 AM a 9 AM. Cuando toco más lento, esta siempre suena siniestra:

Como a las 9 AM sentí que la fiesta necesitaba un poco más de vida—algo necesitaba ser inyectado de vuelta—así que comencé a tocar algo de italo disco y los inicios de Aphex Twin. Tocando de forma más positiva, parece que funciona muy bien tocar temas que iluminan el corazón. Pasando más abajo, hice esto divertido—tomé un viejo sampleo donde estos chicos dicen "This is a bonus track" que grabe más temprano ese día y lo reproduje antes de tocar "Cosmic Dancer" de T-Rex.

No pensé en ello en ese momento, pero la letra de "Cosmic Dancer" habla mucho sobre bailar. La gente llevaba bailando por veinte-tantas horas y realmente se conectaron con ella, sin importar quienes eran o qué edad tenían. Creo que tomarse el tiempo para llevar a la gente abajo y dejarlo con algo hermoso crea una mejor impresión cuando ellos se van.

Por supuesto, un set de diez horas es físicamente muy cansado—es difícil pararse en un lugar por diez horas, terminas más rígido. Estaba constantemente dando vueltas y estrechándome hacía el final. Pero todo está en la mente—mantener tanto la concentración y el enfoque y hacer tantos malabares con tantas cosas en la mente al mismo tiempo, mientras dejas todo pasar y no piensas demasiado. Para hacerlo especial, tienes que tener algo dentro de ti. Al final, todo es por la gente. Tienes que saber lo que la gente quiere antes de que sepan que lo quieren.

Contado a Michelle Lhooq con reporte adicional de Alexander Ladarola. Sigue a Michelle y Alex en Twitter.

Patrick Russell: Es una clase de cliché decir que un DJ set debe llevar a la gente en un viaje. Mucha gente dice eso, pero creo que hay DJs que sólo tocan lo que les ajusta—sólo porque estes tocando algo de house y techno no significa que estes llevando a la gente a un viaje. Me gusta contar historias, ir de un punto a otro por un largo periodo de tiempo, usando discos interesantes que quizá son difíciles de mezclar y creando un dialogo extraño con el público. Me desafió de forma intensa y aunque es increíblemente estresante, es diez veces más gratificante. Facilmente podría mezclar el Top 10 de Beatport de techno que son fáciles de mezclar, pero de verdad disfruto el reto de tocar un montón de discos viejos y estilo diferentes. Algunas veces funciona perfectamente y otras no funciona tan bien.

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Realmente no planeo mis sets. Lo dejo ir y mezclo por oído, porque me baso casi por completo en la vibra de la gente. Creo que algunos DJs piensan demasiado su set y no se dan cuenta de eso o usan un BPM que no es el que la gente quiere. Incluso en mis primeros días de DJ en el 93 y 94—en una fiesta house en un pequeño pueblo donde estaba mezclando discos cursis, porque apenas iba comenzando—era realmente bueno manipulando la energía de un cuarto. Pero pasé incontables horas tocando en tornamesas que ni siquiera tenían control de pitch. Forzarte a ti mismo a practicar, aún cuando no tienes el mejor equipo, te hace mejor.

Tienes que saber lo que la gente quiere antes de que ellos sepan que lo quieren.

Estos días, ya no tengo que practicar tanto en casa. Llegué a un cierto punto donde hay tanta memoria muscular, que se vuelve algo instintivo—casi lo haces por reflejo, medio dormido. Ahora, me puedo presentar con un montón de track, dejarlos salir y hacer un trabajo muy decente en la mezcla. El tiempo es lo más estresante—estás tocando tracks de cuatro minutos, haciendo capas entre ellos de uno o dos minutos. Eso te da como un minuto para encontrar el siguiente track en una memoria con 700 tracks, ajustarlo al tempo correcto, preparar el cue y comenzar a tocar.

Algunas personas amistosas trajeron buenas vibras a la pista de baile.

Antes de la fiesta del otro fin de semana de Bunker x Unter, nunca había hecho un set de diez horas—ocho horas era lo más largo que había tocado frente al público, en agosto del 2014 en la fiesta en Trans Pecos del Bunker. Diez horas requieren mucha más preparación y concentración. Cuando toqué un set de entre dos y tres horas el mes pasado en Berghain, aunque puse mucha concentración y preparación en él, estaba entre otros dos DJs que estaban tocando un techno intenso. No puedes ir por todo el lugar; es un gran cuarto que requiere música poderosa y es por ello que va la gente. Puedes rifarte por dos o tres horas—es muy fácil mantener el nivel. Pero no puedes hacer eso a la gente por diez horas; en lugar de eso, es una oportunidad de ser flexible y mostrar de qué estás hecho.

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Al primer DJ que vi tocar un set de ocho horas en persona fue a [Donato Dozzy](Donato Dozzy). Me mostró que hay una forma de avanzar con moderación; él no va directo al punto y sabía cómo mantener a todos atrapados hipnóticamente sin manipular mucho la energía o recurrir a trucos como tirar un clásico muy pegajoso. Esto requiere algo de habilidad. Hace unos meses, también vi a Theo Parrish tocar por nueve horas en una bodega de Brooklyn. Él es casi lo opuesto a Dozzy, no sabes que clase de track va a venir después. Puede ir de los ritmos ácidos de Chicago a la fusión jazz—tocar por todo el lugar y cambiar de velocidades—mientras logra mantener todas estas cosas juntas. Es fenomenal. Donato Dozzy y Theo Parrish representan polos opuestos, pero logran sus metas de forma increíble y tomé inspiración de ambas partes.

Amigas dándose apoyo en diferentes estados de éxtasis.

En la fiesta de Bunker x Unter, sabía con que track iba a comenzar y desde ahí toque casi todo por oído. Traje 700 tracks conmigo. Creo que toqué casi 200. Era la primera vez que tocaba completamente de forma digital en CDJs por tanto tiempo. Quise retarme siendo más organizado y acomodar todo en diferentes carpetas. Cuando escucho música, el track me dice en que parte del set debería tocarlo—al inicio, en el momento principal, etc. Una o dos semanas previas a la fiesta, pasé una o dos horas diarias paseando por la música que tenía y en los últimos dos días llegué a donde necesitaba estar. Puedo prepararme mentalmente para llegar ahí, pero si preparo mucho por adelantado terminó cambiando de opinión. Así que prefiero meterme con lo que estoy sintiendo ese día, trabajar esas emociones y avanzar basado en ello.

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Mi primer track fue "Riots in Brixton" de Todd Terry (bajo su alias de English Friday). Mike Servito, quien ha sido mi amigo por varios años, tocó antes que yo y sé que él toca un house más movido, así que sabía que este track sería perfecto para mantener el mismo tempo.

Al menos por seis horas toque ese ritmo intenso—material con beats verdaderamente fuertes. Entonces, comencé a decantarme hacía un territorio más orientado a las baterías—algo más viejo, tracks que se movían a los inicios de Warp Records.

Por hora y media, toqué el viejo material de Chicago con ritmos percusivos, haciendo que la gente trabajará más hasta que fui a la fuerte zona del ácido.

En la parte más pesada de la noche, estaba tocando un montón de acid alemán de mediados de la década de 1990. Toque media docena de tracks de Wolfgang Voigt, que ha publicado material bajo más de 30 alias, incluyendo este viejo conocido como Love Inc:

A partir de ahí, traté de poner la música más extraña y abstracta. Eso me llevó a una sección donde estaba tocando acid y electro al mismo tiempo, entrando y saliendo. Hacía las 6 o 7 de la madrugada, aceleré hacía un electro más rápido y finalmente toque este track de Like-A-Tim, del sello Djax-Up-Beats de 1996. Es un intenso track llamado "Scale", donde el tempo cambia. De todas formas estaba tocando a 136 BPM y pensé que sería divertido confundir a todos con el tempo. La forma en que se corta al final del track, pensé que era una oportunidad de llevar a todos abajo y darles un descanso tras tocar enérgicamente por seis o siete horas. Los lleve hasta loas 119 o 120 BPM, significativamente más lento, con estos tracks épicamente largos por las siguientes dos horas, de 7 AM a 9 AM. Cuando toco más lento, esta siempre suena siniestra:

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No pensé en ello en ese momento, pero la letra de "Cosmic Dancer" habla mucho sobre bailar. La gente llevaba bailando por veinte-tantas horas y realmente se conectaron con ella, sin importar quienes eran o qué edad tenían. Creo que tomarse el tiempo para llevar a la gente abajo y dejarlo con algo hermoso crea una mejor impresión cuando ellos se van.

Por supuesto, un set de diez horas es físicamente muy cansado—es difícil pararse en un lugar por diez horas, terminas más rígido. Estaba constantemente dando vueltas y estrechándome hacía el final. Pero todo está en la mente—mantener tanto la concentración y el enfoque y hacer tantos malabares con tantas cosas en la mente al mismo tiempo, mientras dejas todo pasar y no piensas demasiado. Para hacerlo especial, tienes que tener algo dentro de ti. Al final, todo es por la gente. Tienes que saber lo que la gente quiere antes de que sepan que lo quieren.

_Contado a Michelle Lhooq con reporte adicional de Alexander Ladarola. Sigue a _Michelle_ y Alex en Twitter._