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Música

Nunca serás divertido o interesante de nuevo, acéptalo y comienza a escuchar a la Swedish House Mafia

Nuestro escritor ha crecido y ha aprendido a amar el EDM de estadio con todo su corazón y alma.

Defendiendo lo indefendible es una serie semi-regular donde trataremos de darle merito a lo abyecto, lo terrible y a lo mortalmente aburrido. No creemos en los "gustos culposos", así que esta serie probará que incluso lo más chocante y barato de la música dance puede encontrar hogar en el corazón de alguien.

Llega un punto en la vida, usualmente a principios de los 20s, donde te das cuenta que ya no volverás a verte atractivo, o ser divertido, o interesante, o cool. Así que te rindes. Dejas de salir tanto como lo hacías. No buscas nueva música tan seguido como lo hacías antes. Te das cuenta que pasas los viernes por la noche leyendo artículos británicos de cocina. Piensas más en Civilisation 4 que en Virgo Four. Te rindes ante la vida.

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Cuando te rindes a lo sueños que la juventud te prometió, comienzas a hacer cosas divertidas. Comienzas a ver abrigos en Burtons. Agarras la revista gratuita en Co-Op y piensas seriamente en pedir una de las nuevas pizzas de pollo y mantequilla. Comes yogurt en el desayuno y sopa en la cena. Tienes un par de botas para caminar. Tu y tus compañeros del pasado se sientan en silencio en los bares. Te rindes ante la vida.

Se siente genial, honestamente. Se siente espectacular. Una vez que te liberas de las presiones de tratar de ser cool, eres capaz de ser el hombre—o mujer—que estabas destinado a ser. Que básicamente es ser igual a tu padre. O madre. La única diferencia entre tu y ellos es que tu has sido formado por una diferente serie de puntos culturales. Tu papá tuvo el punk. Tu mamá el romanticismo. Tu tuviste… bueno, eso es todo. Somos una generación sin timón que no tiene nada que presumir más allá de un bonito nuevo teléfono y una insoportable cantidad de deudas. A pesar de eso, eres el hijo de tu padre o la hija de tu madre o la hija de tu padre o el hijo de tu madre y mientras más rápido lo aceptes mejor. ¿Sabes cómo lo acepté yo? Mande al carajo mis vinilos y comencé a escuchar a la Swedish House Mafia.

La Swedish House Mafia, para aquellos que han estado atorados bajo una avalancha de discos de Surgeon por los últimos años, son un genuino súpergrupo, compuesto por Axwell, Steve Angello y Sebastian Ingrosso. Ellos hicieron—tristemente se separaron en el 2013, dejándonos con sólo dos álbumes de estudio y dos álbumes en vivo—la clase de big room basura con toques EDM inflado y súper genérico que no encaja en ninguna otra categoría que el nebuloso termino "música dance". Esto es, fue y siempre será música dance para gente que le gusta la idea de la música dance pero realmente no ama la música dance.

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O quizá es totalmente lo contrario. Quizá, sólo quizá, las candidas explosiones de la Swedish House Mafia fueron en realidad lo más cercano a un ideal platónico de la música dance. Quizá, sólo quizá, la gente que amó y aún ama a la Swedish House Mafia ama la música dance más de lo que aman la idea de ella. Quizá, sólo quizá, la Swedish House Mafia fue y sigue siendo tan valida como Frankie Knuckles o Spencer Kinch o Green Velvet o Dave Clarke o Kenny Bobien. Sólo imagínenlo.

Estoy aceptando a la Swedish House Mafia, he aceptado el concepto del termino uncool. Ser cool, como una forma de pensar sobre el mundo y más específicamente como una forma de juzgar los méritos de algo, ya sea un disco, una película o a un ser humano o un auto o una nueva barra de chocolate, está inherentemente viciado. Las únicas cosas en el mundo que son realmente cool, y siempre lo serán, son los anillos con sello y las playeras blancas extra grandes. Todo lo demás es una jalada. Perseguir lo cool es la tontería más grande del joven. Acepta la mediocridad ahora y tendrás una vida mejor y más tranquila. Puedes agradecer a tu tío Josh más tarde.

Ser un uncool terminal difiere de ser solamente uncool. Ser uncool terminal, ya sea un objeto o un sujeto, es ser radicalmente uncool a un nivel que su vibra nunca sea cuestionada porque incluso considerar cuestionarla sería como preguntarle al Papa si es católico o algo igual de obvio. La Swedish House Mafia son uncool terminales como Status Quo o Brendon Fraser. Por lo general esto se intercepta con la perpetua sinceridad y es por ello que los dejé entrar en mi vida.

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Como mucha gente, estaba horrorizado por el descarado descaro de clásicos de la SHM como "One" y "Don't You Worry Child". Pensaba en ellos como groseros y toscos, como enormes pollas colgantes bañadas en pintura neon abofeteandose entre ellas frente a la cabina en un terrorífico club de Las Vegas arrancado de mi más obscura pesadilla.Me convencí de que los odiaba, porque me gustaba la verdadera música dance y la Swedish House Mafia no era verdadera música dance y si la verdadera música dance me amaba no podía alabar la falsa música dance.

Ahí estaba, el año pasado, en el centro de un jardín, paseando tranquilamente por los pasillos, recogiendo petunias y manoseando un cactus el día de acción de gracias cuando sucedió. Escuché "Miami 2 Ibiza" flotando suavemente de la radio mientras caminaba por los invernaderos. Me atrapó. Me apresuré a casa, planté mis tubérculos el doble de rápido, puse a mi nuevo pescado en el tanque y vi completo el DVD de George Gently, que había comprado a un precio muy razonable, a una velocidad de 32x y luego descargué toda la Swedish House Mafia que pude.

Fui enamorado y devorado todo lo posible de la forma más pasiva existente, que es la única forma en que puedes consumir a un acto que sólo buscaba atención como la Swedish House Mafia. Dejé que su golpeteo me sangrará en mi viaje diario al trabajo. Me deje lavar por sus himnos EDM de estadio. Murmuré junto a ellos mientras clasificaba mis calcetines y hojeaba catálogos de Screwfix Direct.

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Se volvieron parte de mi nueva vida que estaba segura y libre de la ironía y la distancia. Estaban más cerca que cerca. Me senté e hice rompecabezas mientras pensaba en ISAs. He cambiado y ha sido para bien.

Me senté, con la cena para uno lista y una copia de Radio Times, ahí estaba, solo, viejo de pronto, libre del estrés y la presión de la vida, ahí estaba, solo y con la Swedish House Mafia de compañía. Así me quedé un anochecer, y comencé a cantar, comencé a cantar fuerte y con orgullo. El himno de mi nueva vida. Estaba llorando y cantando.

Upon a hill across a blue lake,
That's where I had my first heartbreak.
I still remember how it all changed.

My father said,
"Don't you worry, don't you worry, child.
See heaven's got a plan for you.
Don't you worry, don't you worry now."
Yeah!

Heaven's got a plan for you, too.

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