Recap de Tomorrowland Brasil: el lugar donde está ocurriendo el futuro de la música electrónica
Anna Mascarenhas

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Música

Recap de Tomorrowland Brasil: el lugar donde está ocurriendo el futuro de la música electrónica

La primera vez del festival en Sudamérica colocó al EDM en el menú pop de Brasil gracias a una tremenda organización y montones de buenas vibras.

El fin de semana pasado, revivimos el sentimiento que tuvimos durante julio del año pasado, cuando miles de personas se reunieron en São Paulo para ver a David Guetta, en vivo desde Bélgica, anunciar que Tomorrowland, conocido como el festival de música electrónica más grande del mundo, iba a llegar a Brasil. Las expectativas fueron que Tomorrowland Brasil sería algo enorme - y así fue.

El festival llegó a la Fazenda Maeda en Itu, un área en las afuera de São Paulo, y del 1 al 3 de mayo, mostró toda su espectacularidad y estilo, acompañada de una mastodóntica estructura, fue algo nuevo para el circuito musical brasileño. El diseño de escenarios siempre ha hecho destacar a Tomorrowland y en Brasil, nadie salió decepcionado.

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Foto por Anna Mascarenhas

Los promotores de ID&T estiman que vendieron unos 180,000 boletos, alcanzando una capacidad diaria de 60,000 personas. Pero los presentes en muchos momentos sintieron que había muchas más. Durante las presentaciones de los headliners, el amplio espacio del escenario principal se llenó por completo, y estaba repleto de luces brillantes, pantallas de smartphones grabando cada segundo de ser posible, gente bailando y saltando sin cesar. A pesar de todo eso, no hubo reportes de ningún disturbio o ningún tipo de alboroto (a pesar de que algunos medios locales dijeron que así fue). Los escenarios además de la comida y las bebidas concesionadas estuvieron esparcidos por Fazenda, facilitando el tránsito de la multitud a través del recinto.

Incluso antes de que terminara el fin de semana, ya se había anunciado que Tomorrowland regresaría a Brasil del 21 al 23 de abril en 2016.

"La inversión realizada aquí fue a largo plazo porque pensamos seguir haciendo el festival aquí [en el futuro]", explicó Maurício Soares, VP de marketing para ID&T, y el vocero local de la organización. "Queremos seguir en Fazenda Maeda tanto como sea posible y tanto como seamos bienvenidos. Durante los próximos años, queremos expandir la infraestructura y mejorar el acceso. Estamos trabajando en cómo hacerlo, además de mejorar las comunicaciones, especialmente el acceso a internet y el wi-fi".

Algunas de las cifras reflejan la relevancia y magnitud de Tomorrowland para las escenas de la música electrónica y festivales en Brasil. La audiencia incluyó fans de 69 países distintos, que integraban hasta el 30% del público. Entre aquellos no brasileños, la mayoría provenían de Argentina y Chile, seguidos por Bélgica. Dreamville, el campamento del festival que funciona como un festival secundario luego de que la música termina en los escenarios, tenía 1,890 tiendas con un estimado de 25,000 campistas (aunque algunos dicen que el número era más cercano a 30,000). Todos esos campistas y todos aquellos que dejaban el campamento en la noche compraban un total de 65,000 litros de cerveza al día.

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Foto por Yuri Mira

Por supuesto, la recompensa de formar parte de semejante momento histórico en la historia musical de Brasil vino con un precio. Mucha gente se quejaba de los costos dentro del evento. Una camiseta en la tienda oficial del evento costaba unos BRL 100.00 (el equivalente a $32 USD). Una cerveza costaba unos BRL 11.00 (alrededor de $3.50 USD), el agua 5.50 ($1.75). En Dreamville ni siquiera podías cargar tu teléfono gratis y un baño de cuatro minutos te costaba BRL 16.00 ($5). No es algo muy caro para los estándares norteamericanos o europeos, pero típicamente una cerveza en Brasil tienen un costo equivalente a $1.50 USD.

Durante el primer día, el simple hecho de llegar al festival era un poco complicado. Enormes congestiones viales en torno a las autopistas para llegar a Fazenda Maeda, y algunos amigos esperaban ahí de tres a cuatro horas sólo para llegar a Tomorrowland. Mientras progresó el fin de semana, los promotores y la audiencia lograron sincronizar sus relojes, y al final, ese primer esfuerzo se sentía muy lejano.

Habiendo dicho eso, lo que atrajo a toda esa gente hacia el árido Itu en primer lugar fue el lineup repleto de DJs estrellas, especialmente el dream-team del EDM global incluyendo a David Guetta, Hardwell, Afrojack, Steve Aoki, Armin Van Buuren, Steve Angello, Nicky Romero, Nervo, Yves V y muchos más, que hicieron lo propio durante las 12 horas diarias de fiesta en el escenario principal. Fue un espacio colorido a pesar de las frías temperaturas durante la noche, una dosis surrealista de energía pura, con efectos inmediatos. Incluso el rockero más necio no podría resistir los ominosos ritmos y tamorazos, alzando las manos en el aire durante las melodías.

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Es interesante ver la influencia directa del gabber danés en el EDM como lo conocemos en la actualidad y cómo la pesadez del género logró infiltrarse y mezclarse prácticamente con cada aspecto de la música electrónica, desde el grime (como lo demostró Afrojack durante su set) hasta el funk carioca (una unión que ha ocurrido durante algún tiempo en los centros urbanos de Brasil, como David Guetta astutamente se percató).

Además de la sobredosis de EDM, el resto del festival logró darnos un excelente panorama de la escena electrónica brasileña. Además del escenario principal, los otros seis escenarios variaban sus temáticas a lo largo de los tres días del festival, y aquello que brincaban de uno a otro durante el maratón se podían dar una idea de la pluralidad y calidad de lo que está ocurriendo en el país en la actualidad.

El sábado sólo podías ver psytrance, o techno de Dynamic, o los chicos de Colab 011 tocando remixes de Racionais MCs, o ver a Olivier Weiter en el escenario Warung. También hubo escenarios curados por Steve Aoki y Hardwell, que además de atraer hordas hacia el escenario principal durante sus sets, lograron jalar montones de personas hacia plataformas más pequeñas también.

El festival no había terminado cuando ya habían anunciado su regreso a Brasil en 2016, del 21 al 23 de abril. Reportes posteriores surgieron afirmando que ID&T confirmaron ediciones anuales hasta 2020.

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"Esta época del año es interesante debido a las condiciones del clima, ya que hay mucho menos lluvias", explicó Soares. "Hemos realizado una evaluación muy positiva respecto al festival Aunque esta es la primera edición, tuvimos éxito. Claro, hubo algunos problemas, pero pudimos resolver casi todo lo que ocurrió".

Tomorrowland Brasil tal vez sea la ventana más grande hacia cómo la nueva clase media joven del país disfruta de la vida. Incluso en medio de la crisis económica, la cual generalmente se lleva consigo los gastos de esparcimiento, cientos de miles de personas ahorraron dinero para gastar en un evento que se encuentra en la cima del mercado del entretenimiento. Ignorando la actitud arrogante por parte de la prensa brasileña respecto al EDM, el género ha demostrado ser muy querido en ese país, e incluso mejor, cuenta con combustible para funcionar durante mucho tiempo mientras se adapta y evoluciona.

Incluso con algunas fallas logísticas menores, un poco de delincuencia, y escasez temporal de vodka, la organización de Tomorrowland, es la mejor que hayamos visto en eventos similares en Brasil. Es más, es agradable ver que la música electrónica ha dado ese enorme salto desde el underground y se ha transformado, innegablemente, en una de las fuerzas motrices de la cultura popular.

Si hay algo que llevarse de este fin de semana, es que el futuro de la música electrónica brasileña está ocurriendo hoy y mañana, y que el rave sólo termina cuando se acaba la cerveza (y cuando has acabado con la línea de tu tarjeta de crédito).

Este artículo fue publicado originalmente en THUMP Brasil.

Eduardo Roberto es el editor de THUMP Brasil. Está en Twitter.
Reportes adicionales realizados por Carla Castellotti.