El feminismo tiene más de una forma, y Ruidosa Fest es la prueba

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Fotografías por Alexander Hung para THUMP México

Este último tramo del 2016 está abultado con una gran oferta de festivales y conciertos en la Ciudad de México. Desde los masivos como Corona Capital, hasta eventos de nicho como MUTEK México, y todo lo que está en el medio. Le sobran opciones a los fanáticos de la música en vivo en esta época del año. Pero pocos ofrecen un enfoque que trasciende la música e incursiona en el campo de lo político como lo hizo el Ruidosa Fest el pasado fin de semana.

Como reportamos anteriormente, el festival es una iniciativa creada por la cantautora chilena Francisca Valenzuela para celebrar el talento femenino dentro de la industria musical, poniendo en el centro de la conversación la labor y vivencias de sus participantes, todas mujeres y personas identificadas con el género femenino que forman parte del medio, no sólo artistas, sino también gente a cargo de producción de eventos, disqueras, publicaciones editoriales, y más. Después de su exitosa edición inaugural en Santiago de Chile a principios de este año, había mucha expectativa alrededor de su debut en México.

Las actividades del Ruidosa Fest comenzaron el viernes 4 de noviembre en el Centro Horizontal, con un panel enfocado en conversar sobre la manera cómo las invitadas transmiten un mensaje político a favor del feminismo a través de la música que hacen o que ponen como DJs. La heterogeneidad de la selección de las participantes enriqueció la dinámica, y sus distintos puntos de vista dejaron claro la complejidad del asunto, debido a las diferentes formas en las que se vive y practica el feminismo –de hecho, Ali Gua Gua y Jenny Bombo, de las Ultrasónicas, aclararon que no se consideran feministas– y por las ramificaciones que indudablemente acarrea, ya sea por motivos de identificación étnica (Mare Advertencia Lírika), de nacionalidad (Riobamba), de clase (resaltado por Tayhana), etc. La velada culminó en una nota positiva, con la conclusión de que la utopía de pista de baile o de experiencia de show en vivo anhelada por las chicas presentes, implica respeto a las expresiones personales, el fin de los prejuicios sobre las habilidades de las artistas, la aseguración de un espacio no violento y que la paga equitativa es posible con un cambio de consciencia.

El sábado 5 de noviembre, la cita fue en el Espacio X del Centro Cultural de España. Para abrir la jornada, la misma Valenzuela moderó una conversación con colegas artistas Mon Laferte, Jessy Bulbo y Teri Gender Bender de Le Butcherettes, en la que se hizo hincapié en lo que han vivido a lo largo de sus carreras siendo mujeres y los obstáculos encontrados solo por su género. Inmediatamente después, el turno fue de un grupo de mujeres que representan todo ese trabajo en la industria musical que se hace tras bambalinas, integrado por gente como Mónica Saldaña del Festival Nrmal, Olga Straffon del sello Arts & Crafts y Valeria Anzaldo, editora en jefe de THUMP México. Además de exponer la problemática de desigualdad de género en el medio, ocuparon gran parte del tiempo en divulgar las maneras en las que ellas mismas, desde sus trincheras, contribuyen para cerrar cada vez más la brecha de género en su entorno laboral y personal.

Las presentaciones musicales fueron el plato fuerte del Ruidosa Fest. Aquí, Ximena Sariñana, Daniela Spalla y Vanessa Zamora derrocharon su sensibilidad pop en formato unipersonal, como lo hizo también Le Butcherettes en acústico y sin perder una gota de la famosa crudeza de sus conciertos. Francisca Valenzuela, por otro lado, dio un contundente show con banda completa, sin duda memorable. Para cerrar, la diva capitalina Zemmoa, acompañada con coreografías de miembros de la House of Drag, dio un memorable show de electro-pop ochentero que a la vez abrió la pregunta de por qué no hubo mayor representación de personas de género fluido, transgénero o no binarias. En general, ningún show tuvo desperdicio y cada una dio lo mejor de sí, haciendo una conexión directa con el público como no muchas veces se tiene oportunidad. Lo que sí faltó fue reforzar el concepto del festival a lo largo de cada show; el público iba y venía, y no necesariamente estaba en conocimiento del trasfondo feminista de Ruidosa, así que algunas personas pudieron haber vuelto a casa sin enterarse de sus planteamientos, como si hubiesen asistido a un festival más.

Pero la noche aun no terminaba. En un local de la colonia Juárez, todavía nos esperaba la fiesta Ruidosa de Noche, organizada para mostrar otra faceta más del talento femenino de México y más allá. Después de un gran set abridor de solo cumbia de Ali Gua Gua, bajo el alias DJ Guaguis, la rapera zapoteca Mare Advertencia Lírika se metió al público al bolsillo casi de inmediato, poniéndolos a corear sus temas con contenido social como si se las supieran de toda la vida. A continuación, la dupla de Baby Bruise y Phaedra incendió la pista de baile con hit tras hit de jersey club, vogueing y mucho más. Desde Argentina, Tayhana recibió el testigo y subió la apuesta con algo de funk carioca, cumbia villera, murga y regguetón, torciendo temas como "Spice Up Your Life" y "La Macarena" con resultados eufóricos. El perreo continuó con Riobamba, desde EEUU, quien también se atrevió con algo de trap y soca, poniéndole así punto y final a una jornada donde también se buscó una revolución de géneros, pero musicales.

Ruidosa Fest no es el único festival de su estilo, pero es una vitrina invaluable para exponer la problemática de igualdad de géneros en primer plano, concientizando y tendiendo redes en el proceso. Francisca Valenzuela está utilizando su reconocimiento internacional para hacer una labor totalmente admirable, atrayendo las miradas a un tema como el feminismo en una sociedad históricamente machista como lo es la latinoamericana. Si todavía hay alguien que considere que el pop no puede ser político, es hora de reconsiderar.

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