Chiptune
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Hacer el soundtrack para una producción no es tarea sencilla. El compositor debe escribir piezas musicales que se adapten adecuadamente a las diferentes escenas que aparecen a lo largo de la historia y que el espectador se sienta en el contexto en que ésta se desarrolla. Aunque muchas veces se piensa que sólo existen composiciones para películas o contenido televisivo, también hay canciones creadas específicamente para otras obras audiovisuales como los videojuegos.
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Para 1995, la industria de los videojuegos había aumentado de tal manera que ninguna compañía quería quedarse fuera del mercado. En esta época es cuando Sony da a conocer el PlayStation y Nintendo el Nintendo 64 y el Game Boy. Ante esta evolución en distintos aspectos, como el modo de juego, las gráficas y nuevos títulos, los compositores también debieron evolucionar para crear los tracks. No solo era componer una canción para cada escenario, sino pasar al siguiente nivel y que el espectador se sintiera dentro del juego gracias a la música.Ante este reto, distintos artistas optaron por dejar un lado el género electrónico y enfocarse en otros para hacer sus piezas musicales, pero sin dejar a un lado los sintetizadores. Gracias a estos instrumentos, varios compositores, como Koji Kondo, lograron crear canciones que parecerían ser interpretadas por una orquesta cuando en verdad solo fueron tocadas por una persona. Aunque hubo algunas excepciones como Masaya Matsuura, quien optó por utilizar más músicos para interpretar las canciones.Los juegos que más destacaron por su música en ese momento fueron: PaRappa The Rapper, The Legend of Zelda: Ocarina of Time y Resident Evil.Desde 1995 hasta el 2000, los soundtracks de los videojuegos eran creados de la manera más simple posible debido a poca capacidad que tenían los cartuchos en ese entonces. Por este motivo, sigue siendo sorprendente como los artistas lograban crear muy buenas producciones a pesar de tener un límite en la memoria del software.
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