Desde 2011, el nombre de Skrillex ha ido creciendo alrededor del mundo hasta casi llegar a cada rincón del planeta. El productor de 28 años ha recorrido un camino como pocos, pasando por distintos hogares musicales entre géneros, colaboraciones, bandas y proyectos que lo llevan a cargar con uno de los bagajes musicales más finos de nuestros tiempos.Su acercamiento a la música desde diferentes flancos nunca ha perdido la humildad a pesar del constante crecimiento de talento. Sonny Moore es un productor que va más allá de un personaje y demuestra, desde diferentes trincheras, nuevos paradigmas de colaboración y exploración para el crecimiento de la industria musical.
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En una misión personal, recopilé algunas razones por las que pienso que Skrillex es el ícono pop que necesita una generación como la nuestra:Su reputación viene desde antes de que la omnipresencia de Skrillex existiera. En 2004, Soony Moore, de 18 años –como buen hijo de MySpace– formaba parte de una banda screamo. Sus líricas, apariencia y show lo ponían bajo la lupa de la generación emo que, tres años después, lo vio partir al mundo de la electrónica cuando dio vida a lo que ahora popularmente se distorsionó al dubstep. Fuera de cualquier limitante, el productor estadounidense decidió no cortar del todo su relación con su primer proyecto y conservó un sonido que llegaba a fronteras muy cercanas con el screamo.Hace un par de años, durante el Electric Zoo México, vi por primera vez a Skrillex. Mi primer pensamiento al llegar a la Arena México me puso de inmediato en mi primer concierto, el de Limp Bizkit hace catorce años. Fue inevitable la comparación visual del público a los ritmos de lo que fácilmente podríamos etiquetar como una traducción del camino metal-hardcore-screamo del que venía transitando en los últimos años. Pocas veces vemos que productores logren conectar mundos ajenos con impactos tan masivos desde su primer intento.Conectar es el arma secreta del productor. A pesar de que su llegada al entorno musical recibió opiniones de todo tipo, Moore se ha dedicado a contar su historia a través de su trabajo. Sus mancuernas no se limitan a una vanidad musical, ha probado caminos que, actualmente, lo ponen en el mapa como una de las columnas de producción de, uno de los íconos pop más relevantes de la generación que reina Internet, Justin Bieber. Dando un paso atrás, Jack Ü, un proyecto en colaboración junto a otro genio incomprendido: Diplo, también demuestra que, más allá del personaje del un medio público, existe un verdadero amante de la música; uno que logra entenderla a niveles que lo hacen capaz de navegarla como si fuera el capitán de diferentes mares musicales.Hoy más que nunca, existe una generación que se siente libre de paradigmas y busca conocer más allá de lo que tiene enfrente. Sonny es un reflejo claro de esto y su trabajo lo demuestra.
Es un verdadero explorador
Es un hijo de la colaboración
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