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Música

Todo lo que te dirá tu dealer cuando le compres drogas

Los dealers, de verdad, viven en un mundo de complejos códigos y comportamientos difíciles de descifrar.
Andoni Lubaki

*Este artículo se publicó originalmente en VICE.

Los dealers viven en un mundo extraño. Un mundo en el que "llego en cinco minutos" significa "estoy jugando Play y la neta no me interesa ir contigo"; donde "un gramo pa' la peda" significa 0.8 gramos de glucosa con medicina para niños; donde está bien ofrecer sus servicios porque la policía nunca podrá decodificar el código de sus mensajes: "Te llevo una ensalada ;)".

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Los dealers también hacen que sea muy difícil comunicarse con ellos, ya sea porque hablan super bajito por teléfono o porque se ponen mamones por tener que manejar cinco minutos para llevarse tu dinero. Aunque también es un problema que sean súper amigueros. Que no te hagan güey con su "precio de compas": no son tus amigos. En el mejor de los casos quieren deshacerse de sus sobras; en el peor, se sienten culpables de que lo que te venden es tan potente como una cerveza sin alcohol.

Claro que hay varios tipos de dealers: el wannabe rapero, el criminal fugitivo, el güey con gorrito que seguramente tiene diez años menos que tú y una minoría de personas normales que venden droga. Sin embargo, esta generalización sí aplica para la gran mayoría: tienen tres celulares porque están convencidos de que la policía los está siguiendo, se estacionan al lado de una plaza con la música a todo volumen y pasan cositas a través de una abertura en la ventana con una inexistente sutileza.

Si aún así quieres intercambiar dinero por algo que te hará sentirte increíble por un rato y que en unas horas te hará sentir de la chingada, en algún momento pasarás por todo esto.

Foto por Marco Tulio Valencia.

SI LOS CONOCES EN PERSONA EN LUGAR DE CONOCERLOS POR TELÉFONO

Esto podría pasar en cualquier lugar: podrían darte su tarjeta de presentación hecha con un programa barato de computadora durante la primera semana de clases, o podrían acosarte en una zona de fumadores, o tratar de darte un toque en el funeral de tu hermana para luego escribirte su número en la mano y guiñarte el ojo y tú no sabrás si es una pésima táctica o si simplemente son las peores personas del mundo (aunque hay que admitir que sí son buenos emprendedores).

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Pase donde pase, será una de dos: o te dirán que tienen la mejor droga del mundo por el mejor precio, o sea, te están mintiendo en la cara; o pasarás a su lado en la calle y ellos bajarán la barbilla y te verán como si estuvieran a punto de violarte y dirán: "Qué pedo, güe', ¿necesitas algo? / [te gritan nombres de drogas]".

Y luego dirán "te doy mi número" exactamente tres veces, cada vez más bajito, te guiñarán el ojo cuando vean que los añadiste a tus contactos y entonces se alejarán.

LA PRIMERA VEZ QUE LOS LLAMES / MENSAJEES

Seamos honestos: es mucho más probable que un amigo te dé su número a que los conozcas en la calle. A menos que vivas en una zona urbana bastante ruidosa, no me imagino que pueda haber gente que vaya por la calle gritándoles nombres de drogas a los extraños. Como sea, el primer mensaje / llamada será algo así:

Tú: "¿Qué onda? Me llamo X, Fulano me dio tú número, ¿te lanzas?"

Y entonces ellos dirán: "Ok, va, ¿qué necesitas?"

(O si están medio locos, dirán: "Mándame tu nombre completo y dirección". Nunca hagas esto).

Y tú dirás: "Media onza de la normal".

"Va. Te veo en 20 minutos en [un lugar que tendrás que buscar en Google Maps]".

CUANDO LOS LLAMAS 15 MINUTOS DESPUÉS DE LA HORA EN QUE QUEDARON

Llevas 15 minutos en el estacionamiento de un hotel en San Juan de la Chingada. Piensas: "¿Se emputará si le llamo?" Empiezas a caminar en círculos. "¿Estoy tan tranquilo como creí que estaba o en serio voy a llamarle a un dealer para quejarme de que el tiempo de entrega no era el acordado?"

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Decides llamarle.

"¿Quién habla?", gruñen; se escuchan enojados.

"Ah, soy yo… Te llamé hace rato y dijiste que nos veríamos aquí hace 15 minutos".

"Ah, sí, güey. Ya voy para allá". *Escuchas la canción de una telenovela* "Llego en cinco minutos, traigo un Jetta rojo".

CUANDO LOS LLAMAS 45 MINUTOS DESPUÉS DE LA HORA A EN LA QUE QUEDARON

Te estás cansando de esperarlos; si esto fuera una pizza, ya tendrías derecho a que fuera gratis. ¿Acaso los dealers saben lo que es el tiempo? ¿Qué no entienden que la gente que quiere drogas en general las quiere en ese momento? A menos que seas un survivalista que prefiere vivir el resto de sus días apretando los dientes hasta que le sangren las encías, mientras el mundo afuera de su búnker se deshace y se convierte una gran bola de polvo, uno no compra sus drogas por adelantado. Por lo menos no tanto.

"Hace como una hora dijiste que ya venías", le reclamas por teléfono, enojado, emputado porque llevas siglos esperando como menso en tu coche como si fueras un cazador de autógrafos y pretendes mandar mensajes cuando los huéspedes te ven sospechosamente.

"Hay mucho tráfico, güe'. Ya voy pa' allá. Llego en cinco minutos. Quédate ahí, ¿va?"

CUANDO ÉL TIENE PRISA

"Qué onda, güey, voy corriendo al cajero, si no estoy ahí cuando llegues, aguántame", le dices. "Me di cuenta de que no traía varo".

"Apúrale, no puedo esperarte tanto, tengo que ir a otro lado", contestan.

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Sientes cómo el ácido de tu estómago empieza a subir como parte de un genuino enojo.

CUANDO POR FIN LLEGAN

"Súbete", dice.

Tratas de abrir la puerta del lado del copiloto, pero uno de sus amigos está ahí, entonces tú, con toda la pena del mundo, te metes por la otra puerta.

"¿Qué era lo tuyo?"

"Ah, sólo media onza".

Y ellos dirán: "Sólo vendo de a onza, güey, ya vine hasta acá".

Cuando tú, desganado, sacas tu cartera y ellos preguntarán algo como: "¿Tienes plan para hoy?" Y les valdrá madre y ni escucharán tu respuesta.

Les das el dinero y ellos te dan las drogas.

"Va, oye, llámame si necesitas algo. Tengo perico, tachas, cuadros y mota. Ya tienes mi fon, ¿cierto?"

"Sí, te llamé hace rato".

"Va, va".

CUANDO TE MENSAJEAN TODO EL PUTO TIEMPO

"Me llegó una hidro muy cabrona, por si ocupas. ;)"

"Tengo cuadros de doble gota, ¿quieres?"

"Me cayó cristal de Michoacán, ¿te llevo?"

A la verga.