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Música

Un día como YOLOescuincle

Ser YOLO se trata de disfrutar la música contigo mismo y con los demás.

Hace dos semanas o más, quien sabe, tuvimos la oportunidad de deleitar nuestros oídos con el DJ número del mundo (tono sarcástico). Ese sábado no era mi día, mi más uno favorito no se encontraba disponible para acompañarme esta vez. Ya tenía un largo tiempo en el que no asistía a un YOLOconcierto solo, tengo la memoria de que antes los disfrutaba mucho estando acompañado o no. En fin… sólo quería saciar mi morbo de escuchar en vivo al mejor DJ del mundo y sacarle unas bonitas fotos.

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Ese día estaba muy de malas, no había cosa que me pudiera subir los ánimos. Me había encontrado a una amiga que vio lo desanimado que estaba e intento subirme los animos invitándome a enfiestar con su grupo de amigos, por lo menos ya no estaba solo. No pasó mucho en lo que los perdí en las fuertes olas de personas que se hicieron al empezar el bien duro. Resignado a estar solo de nuevo, me fui a dar la vuelta para buscar una buena toma. En mi búsqueda de una buena foto me topaba constantemente con grupos de YOLOescuincles, inclusive encontré una nueva raza de ellos. Esta raza los podríamos comparar con los french poodles eran pequeños especímenes que a simplemente vista parecen bellos e inocentes, pero si has tenido un perro de esta raza sabrás que saben morder muy fuerte. Eran unos YOLOmorros que no pasaban de los 10 años, estaban en una jauría de aproximadamente 10 de ellos. Mi referencia a los french poodles viene a que eran igual de delicados , ya que se encontraban rodeados de 6 guardaespaldas que tenían que ver como niños de 10 años se quitaban la playera y nalgueaban a niñas de 15; todo mientras cuidaban que al niño no lo tocara ni una mosca.

Después del descubrimiento de esta nueva raza, seguí mi camino en la búsqueda de impregnarme del ambiente YOLO y de paso disfrutar un poco el evento. De malas y cansado me senté un rato en el suelo, mientras veía el comportamiento YOLO y me atarantaba con tantos drops. Justo enfrente de mí, una manada de YOLOescuincles eligieron que era un buen lugar para instalarse y disfrutar del evento muy a su manera. Ellos no venían por Hardwell, pero sí lo sabían aprovechar. Todos tenían en sus manos por lo menos dos vasos de cerveza y dudo mucho que hayan sido sus primeros vasos de la noche. Estaban en un punto donde la gente pasaba constantemente, ya que ellos tenían un objetivo claro, casar lobukis. No sé si ya estoy muy viejo a mis cortos 21 años o si era muy ñoño a mis 18, pero su método no tenia falla y parecía muy fácil. Podemos reducir su método en tres sencillos pasos: 1) Localizar, 2) Agarrar del brazo y 3) Besar. He de aclarar que ninguna de sus lobukis tenía apariencia de estar medio inconscientes, sino todo lo contrario lo hacían muy conscientes. Porque seamos sinceros, todos hemos repartido un poco de amor cuando el alcohol está en nuestras venas.

Inundado por la curiosidad de que si su método necesitaba de algún ingrediente secreto, me les acerqué a preguntarles el ¿cómo? lo hacían. Uno de ellos me ignoró y el otro se burló un poco, pero contesto amablemente "No es nada del otro mundo, sólo les dices hola y las intentas besar; ni siquiera tienes que estar guapo". Creo que vieron mi cara de "Chido, tu cotorreo" y me invitaron a ver su método un poco más de cerca. Al verlo efectivamente tenían razón, sólo es hola y adios. Al terminar de "enseñarme" estos sencillos pasos me invitaron en forma de jugueteo a intentarlo… después de unas cuantas súplicas (la neta solo fueron 2) accedi a intentar en poner a prueba su método. Solo me advirtieron que conmigo iba a ser un poco más difícil, porque tenía que buscar chavas de mi edad y esas necesitan otro método. En fin, localizamos y nos acercamos (No me dejaron morir solo, uno me acompañó) e hicimos los debidos movimientos. El resultado me sorprendió, todo salió como estaba planeado y el objetivo se cumplió.

Perfeccioné el método unas dos ocasiones más y me entró la curiosidad del ¿por qué? del otro lado de la moneda. De este lado los chavos me habían dicho, que no era una forma despectiva de tratar a las lobukis, pero que los que accedían sabían a que se viene a un evento de estos y eso es conocer nuevas personas y hacer lo que se te pega la gana. Tenía mucha curiosidad si el otro lado pensaba lo mismo… mientras pensaba en mi mente como acercarme a un grupo de chavas para preguntarles el porque acceden a besarse con desconocidos, los nuevos YOLOcuates que había hecho me arrastraron a otro grupo de lobukis, pero en esta ocasión no di el adiós luego luego, me atreví a preguntarle el porqué había accedido a besarnos si solo había dicho "hola", su respuesta no fue la que esperaba.

Ella me contestó que lo hacía porque le dieron ganas y no me iba a volver en su vida o tal vez sí, si nos volvíamos a encontrar íbamos a tener algo de que reirnos y si no me veía nunca más tendría una memoria más de ese evento, Al final había vivido un poco más. En realidad no esperaba una respuesta así, por lo menos no tan cursi… esperaba algo más sencillo como una simple palabra saliendo de sus labios "¡YOLO!" *Sale corriendo detrás de sus amigas*.

Me di cuenta que conforme asistimos más a estos eventos, vamos perdiendo la noción de porque estamos ahí. A veces se me olvida que voy a ellos no sólo por la música, sino por toda la experiencia que se crea alrededor de ella. La infinidad de buenos amigos que he hecho en conciertos los hice porque iba con esa mentalidad de disfrutar la música y algo más. Tener la mente abierta siempre es bueno y más en estos contextos donde las acciones de otros te pueden parecer impúdicas, pero en realidad es un acto más de lo que refleja la música. La libertad de ser tu mismo frente a los demás. Tal vez si hubiera recordado esto un par de horas antes del evento, no hubiera tenido cara de fuchi cuando mi amiga me invitó a enfiestar con sus amigos, tal vez ahorita estaría armando un plan para el fin de semana con estos nuevos amigos. Pero no los estoy haciendo gracias a que había olvidado la verdadera razón por la que voy a estos eventos. Disfrutar la música contigo mismo y con los demás.