Así fue la histórica primera edición del BudLab Ecuador

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Música

Así fue la histórica primera edición del BudLab Ecuador

Detonado por Budweiser, el laboratorio de música, pensamiento y cultura electrónica aterrizó en Guayaquil para descubrir que Ecuador tiene una de las escenas más vitales del continente. Dos días que van para los libros.

El laboratorio de música, pensamiento y cultura electrónica que detonó en Bogotá de la mano de Budweiser hace algunos meses, vivió su primera versión en el país andino, siendo la ciudad de Guayaquil la primera sede, en esencia experimental, de un espacio conceptual cuya misión de fondo es convertirse en herramienta para escenas musicales en desarrollo.

Después de meses de acercamiento e investigación, el equipo de VICE y Thump Colombia, encargado de la producción del evento, llegó a Ecuador con el programa armado: serían dos días de conversatorios, talleres y shows con los protagonistas de la casa. Espacios todos que los invitaban a discutir, a celebrar y a proyectar una de las escenas más nuevas y excitantes de Latinoamérica.

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Arrancamos el viernes 11 de diciembre.

En pleno corazón de Urdesa, en un espacio alucinante acondicionado con experiencias interactivas, un stage de primera, un museo de máquinas y una exhibición fotográfica para convertirse en el epicentro de la electrónica durante un fin de semana, el primer día arrancó a las seis de la tarde. Diseñada y presentada por el productor Diego Maldonado, quien en Colombia ha brillado como cabeza de proyectos como Dejuepuchas, La MiniTK del Miedo y Armadillo, la jornada arrancó con una conferencia inaugural llamada Arquitectura de Escena, una presentación en la que, de cara a un público curioso compuesto por productores, DJs, ingenieros y gestores en general, Diego describió la complejidad del ecosistema de la música, los agentes y los roles que allí coexisten, atendiendo a un imperativo que surgió de la necesidad de acelerar sus propios proyectos desde la autogestión, dándole así mayor fuerza al emprendimiento cultural independiente frente a una industria cada vez más difícil.

Más adelante, tuvimos dos conversatorios: el primero, clave, llamado Promotores de electrónica local, juntó a pesos pesados como Kami y George Levi de Lost Beach y Global Unity Movement en Montañita, Jota King de Wunderground en Quito y Paul Desemblanc de XS en Guayaquil, todos actores vigentes y diversos, quienes señalaron los retos y los desafíos como productores de fiestas en medio de una escena que cada vez adquiere mayor conciencia de sí misma. Desde la experiencia, los presentes hablaron de su papel como gestores de escena, como padrinos de talento, sus primeros recuerdos en el rave y sus expectativas para el futuro. Luego, en un espacio de discusión dedicado a los DJ's, los locales Slurm y Daniela Albán hablaron sobre el estado del arte del pinchadiscos ecuatoriano en un contexto de crecimiento.

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Para la fiesta de aquella noche, Diego Maldonado, esta vez bajo el AKA de Dejuepuchas, abrió la noche con un poco de su sampling experimental, esta vez con un set electropical concentrado en sus últimos experimentos. Slurm y Daniela, por su parte, dispararon lo suyo con finura y enorme destreza técnica, evidenciando la prevalencia del house y del techno dentro del menú local, y luego Recalde, DJ de alta potencia con el auditorio a tope con más de 500 personas, cerró con un set como para el escalofrío.

El sábado abrió con uno de los espacios más esperados: El Sonido de Nicolá Cruz, un taller dictado por el productor quiteño que tiene al mundo maravillado con su música, que articula aires andinos con electrónicas sofisticadas para hacer del dancefloor un espacio para la introspección cósmica y la celebración de una Suramérica del futuro. Con su programa de producción abierto, Nicolá nos llevó a la intimidad de su proceso creativo, mostrándonos en detalle cómo produjo el sonido pionero del llamado 'andes step', a través de la explicación de la técnica detrás de algunos de los tracks de Prender El Alma, su celebrado disco debut. Más adelante tuvimos el espacio Electrónica desde el ombligo del mundo, que reunió a figuras como Nicolá, el DJ y gestor de Cuenca Pancho Piedra, y a los DJ's David Pareja y Roger Morantes, de Guayaquil, quienes hablaron frente a una audiencia curiosa acerca del crecimiento exponencial del circuito, su profesionalización, y los retos que enfrenta la escena de cara al futuro, particularmente la hora de hacer fiestas, debido a la dificultad para obtener permisos oficiales y a la persecución policial, temas que de cierta manera anticiparon lo que estaba por suceder aquella noche.

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Acabado este panel y siendo ya las 9 de la noche, Roger Morante tomó el control de las consolas para sumergirnos en un techno profundo y melódico, tremendo. Ya comenzaba a agolparse la gente en masa a la entrada del recinto, cuya fachada, por demás, estaba vestida de un mapping digital alucinante controlado por un equipo joven y de lujo, quien también se encargó de las pantallas del escenario y de algunas de las experiencias interactivas del recinto, Fidel y Jackson, quienes se llevan todos los aplausos. Apenas acabó su set Morante y David Pareja comenzaba a calentar, de repente irrumpió la policía al recinto acompañada por funcionarios de la municipalidad, quienes ordenaron sellar el lugar de inmediato. Y bueno… no nos detendremos a explicar exactamente qué fue lo que pasó (bien hablaron los DJ's cerca de una hora antes acerca la dificultad de hacer fiestas en Ecuador); sin embargo, sí diremos que, por un segundo, vimos frente a nosotros los sueños del BudLab destruidos…

Hasta que apareció la escena a demostrar de lo que estaba hecha.

En cuestión de minutos, el promotor Paul Desemblanc ofreció su club, XS, para continuar con la fiesta. Solo hacía falta el sonido. Mientras tanto, Nicolá Cruz y Slow Hands, quienes estaban proyectados para cerrar la noche del BudLab con sus live sets, recogieron sus equipos en tiempo récord y se proyectaron para presentarse horas más tarde como DJ's. Arrancamos para el club. De camino, en la van, Nicolá se puso a preparar su set. La energía nunca se bajó. Llegamos al lugar y al rato llegó el sonido, coordinado por un equipo de DJ's locales que se ofreció a ayudar y en cuestión de una hora tenía todo solucionado para armar una fiesta épica. Al rato comenzó a entrar la gente y se llenó la pista, habían casi 300 personas. David resumió su set y calentó la pista, aflojando a la gente para lo que la noche le aguardaba. Luego Nico arrancó lo suyo y de inmediato, ¡pum!: Guayaquil se puso a los pies del que es, quizás, el nombre más brillante de la nueva generación electrónica latinoamericana en la actualidad. Y es que Cruz tomó el timon y nos llevó en un viaje a través de Andes y Cordilleras, cumbia y hasta canción protesta (se dio el lujo hasta de poner Violeta Parra), y todo con fundamentos de house y techno de primer nivel. Pocas veces se tiene la oportunidad de ver un dancefloor tan encendido. La gente gritaba, aplaudía, bailaba con los ojos cerrados, los brazos abiertos y la sonrisa encendida como si fuera la última vez. Pocas veces se tiene la oportunidad de hacer parte de un público tan firme en lo que es, no en el coctel social ni en el sonido de moda. Para cuando llegó al final de su set y se subió Slow Hands, éste último tomó el micrófono para decir que lo que había atestiguado era sin duda uno de los mejores sets de su vida, y que le diéramos un aplauso a uno de los talentos más arrolladores de la actualidad. Y uno de la casa. Luego tomó el control y continúo con la ceremonia, llevando al público al clímax no una sino varias veces, sutil y elegante como siempre, poniéndole punto final a una de las fiestas más vitales que muchos han vivido en el centro de la Tierra, cargado de pura energía ritual y colectiva y transformadora.

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La noche del cierre del BudLab encarnó, en el fondo, el espíritu mismo de la iniciativa. Fue la demostración vívida, en tiempo real, de la vitalidad de una escena que resiste, que se une, que resuelve, que no deja que el baile de su generación, ese mismo que ofrece respuestas sobre su momento y su lugar en el mundo, se apague frente a ellos.

Ecuador tiene una escena vital, inspiradora y con un gran potencial, compuesta por un grupo de personas que tiene mucho para darle al Universo. Lo que pasó la noche del sábado pasado, para los que estuvieron, va para los libros.

A todos los que participaron: ¡GRACIAS!

Esto apenas comienza…

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Todas las fotos por Santiago Argüello.

Diego Maldonado.

Daniela Albán.

George Levi, Kami, Jota King, Paul Desemblanc.

Dejuepuchas.

Slurm.

Nicolá Cruz dictando su taller.

Nicolá Cruz, Pancho Piedra, David Pareja, Roger Morante.

Roger Morante.

David Pareja.

Pareja entregándole el mando a Nicolá, ya en XS.

Jackson, mago de las visuales, con Nicolá.

Slow Hands.