2016: Lo bueno, lo malo y lo feo

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Música

2016: Lo bueno, lo malo y lo feo

Lo mejor, lo no tan chévere y lo más paila de este 2016, que definitivamente fue un año de acontecimientos, por donde se le mire.

A nadie le cabe la duda de que 2016 fue un año de acontecimientos históricos. No vamos a decir que necesariamente fue malo, porque nos gusta ver el vaso medio lleno. Fue un año de cierre de ciclos, de apertura de nuevas épocas, 365 días de procesos de transición.

Dentro de la escena electrónica colombiana también hubo acontecimientos, algunos más importantes que otros. Por eso decidimos hacer un listado de todo aquello que fue bueno, no tan bueno y lo que definitivamente fue una mierda este año para el panorama electrónico colombiano.

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Lo bueno

Iniciativas que van más allá de la fiesta: este año, más que los anteriores, se ha sentido la necesidad por parte del público y de los promotores por buscar espacios alternativos a la fiesta. Talleres, conversatorios (algunos liderados por nosotros), y otras modalidades de fiesta han hecho parte de las iniciativas este año, que nutren de a pocos la escena nacional.

Artistas locales brillando en sellos de afuera y sellos locales con gran proyección: artistas como Retrograde Youth y Gotshell, y sellos como Discos Nutabe, Immersive Music o Woods n Bass destacaron este año dentro del circuito nacional. Los primeros por sus debuts en sellos como Radio Matrix o Blueprint, puntos de referencia globales, y los segundos por ser plataforma del buen talento local y su proyección.

La apertura de Videoclub: varias veces hemos dicho que el Videoclub solo ha traído cosas buenas, e incluso incluimos al club como uno de los mejores de este año. La curaduría, el espacio, el necesario eclecticismo, son solo algunas de las razones por las que incluimos este lugar dentro de lo bueno de este año.

Colectivos y sitios que le apuestan a la música, no al billete: nombres como MedellínStyle, Unterbog o Garden Underground Club nos hacen creer que más que una industria que produce dinero, la música electrónica se trata de pasión por la música.

La labor de Échele Cabeza durante todo el año: en varios festivales tuvimos la oportunidad de encontrarnos ya la emblemática carpita negra del equipo de Acción Técnica Social, realizando una de las labores que más se pueden apreciar en un festival: testear la droga que acabas de comprar y que planeas consumir durante el evento. A pesar de no recibir este año financiación por parte del Distrito, como sí sucedió en años anteriores con la alcaldía de Petro, los de Échele Cabeza siguen firmes en su labor. Quizá no han obtenido el reconocimiento que se merecen después de todos estos años, pero por fortuna no es eso lo que buscan. Su real objetivo es un consumo consciente y una relación diferente del Estado y la sociedad con las sustancias piscoactivas en el país.

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Lo malo

No hay raves clandestinos: Ahora casi que son nulas las iniciativas clandestinas, las fiestas relámpago, los parches espontáneos en donde la finalidad no es lucrarse, sino tirar un buen evento real que gire en torno solo a la música. La esencia del verdadero rave se está perdiendo.

Nos estamos quedando sin lugares para salir de fiesta: en diferentes ciudades del país se han venido cerrando lugares emblemáticos para el ámbito musical electrónico. Casos específicos como el de Latora 4 Brazos, Casa 969 y Blues en la capital, dejan entrever las dificultades por las que atraviesa el escenario de clubes, incluso en las grandes ciudades del país.

Hacinamiento: una de las enseñanzas que dejó este 2016, es que ver a tu DJ favorito no siempre será la experiencia más grata. El sobrecupo de personas en eventos fue un gran predominante a lo largo del año, afectando no solo la comodidad de los asistentes, sino su propio bienestar. La seguridad en torno a las fiestas parece pasar a un segundo plano para varios promotores del país.

Los DJs nacionales no están arriesgando: por más que se hayan disfrutado de set memorables de DJs que condimentaron su toque con techno y/o house, es bastante corto el espectro cuando de propuestas locales se trata. El electro ha ganado un poco de fuerza, el dnb pocas veces logra un espacio relevante en clubes reconocidos, y el hermetismo frente a géneros como el ambient, el noise o sonidos más experimentales sigue siendo fuerte. Ojalá que algunos DJs de nuestro país cojan más huevos el próximo año y propongan desafíos.

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Lo feo

Cierre de LaTora 4 Brazos: luego de varios meses de tire y afloje con la Alcaldía de Bogotá, LaTora 4 Brazos tuvo que cerrar sus puertas, tras 7 años de baile y buena música. ¿La razón? El bar, ubicado en la Calle 40 con Octava del barrio Chapinero, estaba ubicado en un predio en el que su actividad comercial y de eventos no estaba permitida. Este fue quizá uno de los golpes más duros a la escena electrónica bogotana durante este 2016, y en general a la vida nocturna de la ciudad.

Discriminación entre géneros: que la guaracha y el hardtechno es de ñeros, que el techno es mejor que el house, que el house es más refinado que el techno… seguimos sin entender cuál es la necesidad que muchos tienen de segmentar, polarizar y rivalizar. ¿Se imaginan una fiesta o un festival con un escenario para cada género electrónico? Ese es nuestro sueño pero con el circuito nacional: que haya de todo para todos, y sobre todo: que nos llevemos bien.

Pocas garantías para los clubes por parte de los entes gubernamentales: no solo se trata del cierre de sitios como LaTora 4 Brazos. La cantidad de permisos exigidos, los sobornos que muchos promotores tienen que hacer a la policía de cada localidad, el despelote de horario por zona, y detrás de eso Peñalosa haciéndole una guerra al horario extendido hacen que tener un club hoy en día sea cosa de valientes. El día que la fiesta y la vida nocturna empiece a considerarse también como cultura, obviamente guardando las proporciones, las condiciones para los clubes, discotecas y bares en el país van a cambiar.

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Seguimos con las mismas mujeres dentro de la escena electrónica nacional: y no es que esto sea malo, porque muchas de ellas son muy talentosas, pero la pregunta es ¿por qué no vemos nuevos rostros de chicas mezclando y produciendo? ¿Qué les hace falta o qué detiene a las chicas de empezar sellos, empezar colectivos, promotoras, ponerse a producir o perfeccionar sus técnicas de mezcla? No podemos ser omnipresentes en cada lugar de la ciudad, quizá algunas chicas hayan iniciado su carrera como DJs o productoras este año, pero de algo estamos seguros, y es de que la tendencia es a la baja.

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¿Quiere conocer todos los tops que hemos hecho este año? Píllelos por acá.


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