Tayhana, a la defensa del baile y la libertad de los cuerpos

FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Tayhana, a la defensa del baile y la libertad de los cuerpos

La DJ y productora argentina miembro de NAAFI hila su historia con ritmos marginales del mundo.

Sigue a THUMP México en Facebook


El sábado 5 de noviembre, como parte de la programación de la primera edición en México del festival de corte feminista Ruidosa, los asistentes del after, etiquetado Ruidosa de Noche, fueron testigos de la contundencia arrolladora de lo que significa un DJ set de Tayhana. A través de beats golpeantes de estilos musicales de distintos rincones del globo, en especial latinoamericanos, como el reggaetón, la cumbia villera, el funk carioca y más, desafió las percepciones al aventurarse con texturas rudas y momentos ridículamente pop –se dejaron colar guiños a "Spice Up your Life" y "La Macarena", por ejemplo. La abrumadora mezcla no dio tregua y retomó el baile como la experiencia visceral que debe ser, definitivamente desconectando las mentes y, con ella, los prejuicios.

Publicidad

Relacionados: Salviatek, el sello de ritmos desafiantes y poco explorado

La productora y DJ argentina, cuyo nombre es Melody Tayhana, es una de las cofundadoras de HiedraH Club de Baile en Buenos Aires, además de ser miembro del colectivo NAAFI, estar vinculada con los uruguayos de Salviatek y haber participado en eventos de CyberWitches en Guadalajara y TRAICIÓN en CDMX, entre muchos otros. Cada una de estas iniciativas y el enfoque de la propia Tayhana tienen en común la búsqueda de una pista de baile donde cada persona se pueda desenvolver sin ataduras de ningún tipo, sin importar clase social, sexualidad, raza o identidad de género. Pero no la encontrarás haciendo activismo de internet, sino ahí en la calle, en las fiestas y clubes, aportando con su mensaje mediante su sonido y selecciones.

Aprovechamos el marco de Ruidosa para conversar con Tayhana y abordar temas que incluyen el empoderamiento que implica poner música considerada marginal, los prejuicios en la pista de baile, la escena de fiestas en Buenos Aires y la brecha de género en la electrónica.

THUMP: Para quienes no te conocen todavía, ¿cómo definirías a Tayhana como DJ y productora?

Tayhana: No soy propuesta; soy esto y ya: política y sexual. Alguien que ama demasiado la cultura del baile, sensible al caos de vivir entre guerras y colonialismos que no se terminan. Toda esa libido y euforia es la esencia que me alimenta e intento que fluya cada vez que me siento a producir o me subo a hacer DJ sets. Mi búsqueda es muy interna/externa; crecí en un barrio donde los bajos penetrantes de la "música ghetto" sonaban cada día y muero por seguir conociendo eso con lo que crecí pero en otras partes del mundo.

Publicidad

Relacionados: NAAFI: ¿A qué suena el D.F.?

De tu música y tus mixes resalta que no hay una discriminación tangible a géneros musicales. Mezclas géneros históricamente marginales, como el reggaetón, la cumbia villera y el funk carioca, con lo más emocionante del bass actual. ¿Qué hay detrás de este enfoque incluyente? ¿Qué te interesa transmitir a través de tus producciones y selecciones?

Más que incluyente es curiosear la hermandad o, como decimos en HiedraH, "jugar con la diferencia del otro". Me gusta jugar con esos ritmos y expresiones inevitables que crecieron en barrios marginales, siendo el resultado natural de una familia. Eso es lo que más aprecio; ninguno de estos ritmos nació de un individuo aislado. Cuando veo gente de esta escena, pasando estos ritmos, bautizando ritmos propios digo, "que pena bebé… no entendiste nada".

Cada sonido define las vivencias de esas familias. Capaz sea muy romántica mi visión, pero con escuchar horas de cumbia villera o baile funk, siento que puedo conocer más, hasta entender cómo somos, desde lo más genuino; entiendo más el mundo con personas que me hacen bailar, es mi única manera de no odiar tanto el mundo. Pero, lamentablemente, nadie escapa al sistema capitalista. Ahora la mezcla de ritmos y la defensa del baile se están convirtiendo en una tendencia discursiva vacía, de la boca para afuera; ahora, más de uno se acuerda que tiene raíces… Pero en el "barrio" seguimos estando los mismos. Quisiera hacer frente a todo eso con mis producciones, desde mi pequeño lugar; a veces reacciono muy desde el enojo, pero es así. Por eso quizás mi sonido tenga inclinaciones más agresivas y trágicas, pero siempre con un trasfondo sexual, porque cuando estás ahí arriba viendo un montón de cuerpos gozando tu música, siempre quieres llevarlos un poco más allá de lo permitido.

Publicidad

Sigue a THUMP México en Facebook


El sábado 5 de noviembre, como parte de la programación de la primera edición en México del festival de corte feminista Ruidosa, los asistentes del after, etiquetado Ruidosa de Noche, fueron testigos de la contundencia arrolladora de lo que significa un DJ set de Tayhana. A través de beats golpeantes de estilos musicales de distintos rincones del globo, en especial latinoamericanos, como el reggaetón, la cumbia villera, el funk carioca y más, desafió las percepciones al aventurarse con texturas rudas y momentos ridículamente pop –se dejaron colar guiños a "Spice Up your Life" y "La Macarena", por ejemplo. La abrumadora mezcla no dio tregua y retomó el baile como la experiencia visceral que debe ser, definitivamente desconectando las mentes y, con ella, los prejuicios.

Relacionados: Salviatek, el sello de ritmos desafiantes y poco explorado

La productora y DJ argentina, cuyo nombre es Melody Tayhana, es una de las cofundadoras de HiedraH Club de Baile en Buenos Aires, además de ser miembro del colectivo NAAFI, estar vinculada con los uruguayos de Salviatek y haber participado en eventos de CyberWitches en Guadalajara y TRAICIÓN en CDMX, entre muchos otros. Cada una de estas iniciativas y el enfoque de la propia Tayhana tienen en común la búsqueda de una pista de baile donde cada persona se pueda desenvolver sin ataduras de ningún tipo, sin importar clase social, sexualidad, raza o identidad de género. Pero no la encontrarás haciendo activismo de internet, sino ahí en la calle, en las fiestas y clubes, aportando con su mensaje mediante su sonido y selecciones.

Aprovechamos el marco de Ruidosa para conversar con Tayhana y abordar temas que incluyen el empoderamiento que implica poner música considerada marginal, los prejuicios en la pista de baile, la escena de fiestas en Buenos Aires y la brecha de género en la electrónica.

THUMP: Para quienes no te conocen todavía, ¿cómo definirías a Tayhana como DJ y productora?

Tayhana: No soy propuesta; soy esto y ya: política y sexual. Alguien que ama demasiado la cultura del baile, sensible al caos de vivir entre guerras y colonialismos que no se terminan. Toda esa libido y euforia es la esencia que me alimenta e intento que fluya cada vez que me siento a producir o me subo a hacer DJ sets. Mi búsqueda es muy interna/externa; crecí en un barrio donde los bajos penetrantes de la "música ghetto" sonaban cada día y muero por seguir conociendo eso con lo que crecí pero en otras partes del mundo.

Relacionados: NAAFI: ¿A qué suena el D.F.?

De tu música y tus mixes resalta que no hay una discriminación tangible a géneros musicales. Mezclas géneros históricamente marginales, como el reggaetón, la cumbia villera y el funk carioca, con lo más emocionante del bass actual. ¿Qué hay detrás de este enfoque incluyente? ¿Qué te interesa transmitir a través de tus producciones y selecciones?

Más que incluyente es curiosear la hermandad o, como decimos en HiedraH, "jugar con la diferencia del otro". Me gusta jugar con esos ritmos y expresiones inevitables que crecieron en barrios marginales, siendo el resultado natural de una familia. Eso es lo que más aprecio; ninguno de estos ritmos nació de un individuo aislado. Cuando veo gente de esta escena, pasando estos ritmos, bautizando ritmos propios digo, "que pena bebé... no entendiste nada".

Cada sonido define las vivencias de esas familias. Capaz sea muy romántica mi visión, pero con escuchar horas de cumbia villera o baile funk, siento que puedo conocer más, hasta entender cómo somos, desde lo más genuino; entiendo más el mundo con personas que me hacen bailar, es mi única manera de no odiar tanto el mundo. Pero, lamentablemente, nadie escapa al sistema capitalista. Ahora la mezcla de ritmos y la defensa del baile se están convirtiendo en una tendencia discursiva vacía, de la boca para afuera; ahora, más de uno se acuerda que tiene raíces... Pero en el "barrio" seguimos estando los mismos. Quisiera hacer frente a todo eso con mis producciones, desde mi pequeño lugar; a veces reacciono muy desde el enojo, pero es así. Por eso quizás mi sonido tenga inclinaciones más agresivas y trágicas, pero siempre con un trasfondo sexual, porque cuando estás ahí arriba viendo un montón de cuerpos gozando tu música, siempre quieres llevarlos un poco más allá de lo permitido.

Eres una de las cofundadoras de las fiestas HiedraH en Buenos Aires, y además formas parte de NAAFI. Ambos crews comparten la filosofía de, a través del baile, crear espacios que sirven como refugio para que las personas se desenvuelvan sin prejuicios y sin importar su origen ni bagaje. ¿Qué elementos consideras que hacen falta conjugar para facilitar que se generen estos espacios? ¿De qué manera se derriban las preconcepciones en la pista de baile?

Creo que ya no faltan elementos, sino más bien sobran elementos. Lo único que se necesita es música, personas y una calle vacía donde ser libres para bailar. Pasa que estamos tan acostumbrados a la sensación de "vacío y necesidades" por satisfacer que olvidamos tener los únicos elementos que sí importan. Creo que HiedraH y NAAFI crecieron porque naturalmente cobijaban esos elementos, y porque nacieron como resultado de cotorreos entre amigos. Luego todo se desvirtúa al entrar en el juego por "mantenernos" y ahí nadie puede escapar ni a las revistas, ni a los sponsors, ni al merchandising, y terminamos siendo seres del doble discurso, por más que odiemos eso. Los espacios están, tanto virtuales como reales; solo me encantaría que cada vez sean más reales, sinceros y propios.

Las preconcepciones se derriban "ampliando" la pista de baile, haciéndole saber al público que su rol es igual de importante que el del DJ o productor de la fiesta, que la elección de los espacios donde uno decide gozarla no es inconsciente ni aleatoria; cada lugar nos redefine. Yo prefiero que alguien vaya a HiedraH Club de Baile porque se identifica con la manera de pensar que tenemos y no por banalidades estéticas o, incluso, sonoras. Sumado a todo eso, la única manera de lograrlo es la insistencia.

Relacionados: Ecosistemas en crisis: Entrevista a Pobvio y Lechuga Zafiro de Salviatek

¿Cómo describirías la escena de clubes en Buenos Aires? ¿Has encontrado paralelismos y puntos en común entre esa realidad y la que has experimentado en México y otras partes de América Latina?

Nuestra escena es el under puro, y representa un pequeño porcentaje de toda la propuesta de la ciudad (Buenos Aires). Ese sería el punto principal que nos une, y, a partir de allí, todas las dificultades, desde conseguir un lugar donde te dejen pasar la música que quieras, hasta la dificultad de hacer llegar personas a la fiesta. Pero tenemos sangre latina, pese a todas esas dificultades, nos une el esfuerzo y las ganas de lograrlo, por eso hay escena y puede hacerle frente a cualquier "primer mundo" porque es más real y caliente.

Fuiste una de las participantes de la primera edición mexicana de Ruidosa, uno de los más recientes y valiosísimos esfuerzos dedicados a resaltar el talento de personas identificadas con el género femenino y su labor dentro de la industria musical, que desde siempre ha sido predominantemente masculina cisgénero. ¿Cómo ves desde tu perspectiva la brecha de género en una escena como lo es la electrónica, particularmente en Latinoamérica?

Siento que hay demasiadas quejas virtuales pero pocas luchas reales. Yo soy mujer y cuando quise empezar no le pedí permiso a nadie, iniciando junto a mis amigos nuestro propio refugio. Quizás por eso no puedo tener reproches ni contar malas experiencias de machismo en la escena, pero si puedo contarte pésimas experiencias en la calle, en el día a día.

Sí siento que hay comentarios que uno tiene que comerse por ser mujer, pero fuck it... Hay mujeres que tienen que comerse mierdas mucho más grandes que hasta las llevan a la muerte. Quisiera ver más mujeres que tomen las riendas, pero en lugares como Bolivia, Perú, Venezuela, Brasil... Para que la escena se siga complementando y sea aún más aguerrido todo.

Relacionados: NAAFI y el cruce de fronteras en la escena club global

¿Cuál sería tu utopía de una noche de fiesta ideal? ¿Has visto algo cercano en tu carrera como DJ?

Ideal ideal, donde estén esas tres familias que quiero tanto –HiedraH, NAAFI y Salviatek– en la calle con todos mis amigos, un sound-system bien cabrón, y con todo el público junto, propio de cada fiestas, para hacerlo más utópico y bello. Lo más cercano fue Cumbre Latinx acá en México mi anteúltima HiedraH, dónde fueron Pobvio, el Lechu [Lechuga Zafiro] y eI Maabs. Amo las familias desatándose al festejo. Ojalá se dé alguna vez, inventaría cualquier excusa para lograrlo, hasta algún casamiento quizás.

Conéctate con Tayhana en: Facebook // Soundcloud

Algodón Egipcio está en Twitter.

Continúa leyendo:

El feminismo tiene más de una forma, y Ruidosa Fest es la prueba

HiedraH o el perreo según Foucault: Moviendo el culo para liberar la opresión de los cuerpos

NAAFI #CumbreLatinx en 50 imágenes

Eres una de las cofundadoras de las fiestas HiedraH en Buenos Aires, y además formas parte de NAAFI. Ambos crews comparten la filosofía de, a través del baile, crear espacios que sirven como refugio para que las personas se desenvuelvan sin prejuicios y sin importar su origen ni bagaje. ¿Qué elementos consideras que hacen falta conjugar para facilitar que se generen estos espacios? ¿De qué manera se derriban las preconcepciones en la pista de baile?

Creo que ya no faltan elementos, sino más bien sobran elementos. Lo único que se necesita es música, personas y una calle vacía donde ser libres para bailar. Pasa que estamos tan acostumbrados a la sensación de "vacío y necesidades" por satisfacer que olvidamos tener los únicos elementos que sí importan. Creo que HiedraH y NAAFI crecieron porque naturalmente cobijaban esos elementos, y porque nacieron como resultado de cotorreos entre amigos. Luego todo se desvirtúa al entrar en el juego por "mantenernos" y ahí nadie puede escapar ni a las revistas, ni a los sponsors, ni al merchandising, y terminamos siendo seres del doble discurso, por más que odiemos eso. Los espacios están, tanto virtuales como reales; solo me encantaría que cada vez sean más reales, sinceros y propios.

Las preconcepciones se derriban "ampliando" la pista de baile, haciéndole saber al público que su rol es igual de importante que el del DJ o productor de la fiesta, que la elección de los espacios donde uno decide gozarla no es inconsciente ni aleatoria; cada lugar nos redefine. Yo prefiero que alguien vaya a HiedraH Club de Baile porque se identifica con la manera de pensar que tenemos y no por banalidades estéticas o, incluso, sonoras. Sumado a todo eso, la única manera de lograrlo es la insistencia.

Publicidad

Relacionados: Ecosistemas en crisis: Entrevista a Pobvio y Lechuga Zafiro de Salviatek

¿Cómo describirías la escena de clubes en Buenos Aires? ¿Has encontrado paralelismos y puntos en común entre esa realidad y la que has experimentado en México y otras partes de América Latina?

Nuestra escena es el under puro, y representa un pequeño porcentaje de toda la propuesta de la ciudad (Buenos Aires). Ese sería el punto principal que nos une, y, a partir de allí, todas las dificultades, desde conseguir un lugar donde te dejen pasar la música que quieras, hasta la dificultad de hacer llegar personas a la fiesta. Pero tenemos sangre latina, pese a todas esas dificultades, nos une el esfuerzo y las ganas de lograrlo, por eso hay escena y puede hacerle frente a cualquier "primer mundo" porque es más real y caliente.

Sigue a THUMP México en Facebook


El sábado 5 de noviembre, como parte de la programación de la primera edición en México del festival de corte feminista Ruidosa, los asistentes del after, etiquetado Ruidosa de Noche, fueron testigos de la contundencia arrolladora de lo que significa un DJ set de Tayhana. A través de beats golpeantes de estilos musicales de distintos rincones del globo, en especial latinoamericanos, como el reggaetón, la cumbia villera, el funk carioca y más, desafió las percepciones al aventurarse con texturas rudas y momentos ridículamente pop –se dejaron colar guiños a "Spice Up your Life" y "La Macarena", por ejemplo. La abrumadora mezcla no dio tregua y retomó el baile como la experiencia visceral que debe ser, definitivamente desconectando las mentes y, con ella, los prejuicios.

Relacionados: Salviatek, el sello de ritmos desafiantes y poco explorado

La productora y DJ argentina, cuyo nombre es Melody Tayhana, es una de las cofundadoras de HiedraH Club de Baile en Buenos Aires, además de ser miembro del colectivo NAAFI, estar vinculada con los uruguayos de Salviatek y haber participado en eventos de CyberWitches en Guadalajara y TRAICIÓN en CDMX, entre muchos otros. Cada una de estas iniciativas y el enfoque de la propia Tayhana tienen en común la búsqueda de una pista de baile donde cada persona se pueda desenvolver sin ataduras de ningún tipo, sin importar clase social, sexualidad, raza o identidad de género. Pero no la encontrarás haciendo activismo de internet, sino ahí en la calle, en las fiestas y clubes, aportando con su mensaje mediante su sonido y selecciones.

Aprovechamos el marco de Ruidosa para conversar con Tayhana y abordar temas que incluyen el empoderamiento que implica poner música considerada marginal, los prejuicios en la pista de baile, la escena de fiestas en Buenos Aires y la brecha de género en la electrónica.

THUMP: Para quienes no te conocen todavía, ¿cómo definirías a Tayhana como DJ y productora?

Tayhana: No soy propuesta; soy esto y ya: política y sexual. Alguien que ama demasiado la cultura del baile, sensible al caos de vivir entre guerras y colonialismos que no se terminan. Toda esa libido y euforia es la esencia que me alimenta e intento que fluya cada vez que me siento a producir o me subo a hacer DJ sets. Mi búsqueda es muy interna/externa; crecí en un barrio donde los bajos penetrantes de la "música ghetto" sonaban cada día y muero por seguir conociendo eso con lo que crecí pero en otras partes del mundo.

Relacionados: NAAFI: ¿A qué suena el D.F.?

De tu música y tus mixes resalta que no hay una discriminación tangible a géneros musicales. Mezclas géneros históricamente marginales, como el reggaetón, la cumbia villera y el funk carioca, con lo más emocionante del bass actual. ¿Qué hay detrás de este enfoque incluyente? ¿Qué te interesa transmitir a través de tus producciones y selecciones?

Más que incluyente es curiosear la hermandad o, como decimos en HiedraH, "jugar con la diferencia del otro". Me gusta jugar con esos ritmos y expresiones inevitables que crecieron en barrios marginales, siendo el resultado natural de una familia. Eso es lo que más aprecio; ninguno de estos ritmos nació de un individuo aislado. Cuando veo gente de esta escena, pasando estos ritmos, bautizando ritmos propios digo, "que pena bebé... no entendiste nada".

Cada sonido define las vivencias de esas familias. Capaz sea muy romántica mi visión, pero con escuchar horas de cumbia villera o baile funk, siento que puedo conocer más, hasta entender cómo somos, desde lo más genuino; entiendo más el mundo con personas que me hacen bailar, es mi única manera de no odiar tanto el mundo. Pero, lamentablemente, nadie escapa al sistema capitalista. Ahora la mezcla de ritmos y la defensa del baile se están convirtiendo en una tendencia discursiva vacía, de la boca para afuera; ahora, más de uno se acuerda que tiene raíces... Pero en el "barrio" seguimos estando los mismos. Quisiera hacer frente a todo eso con mis producciones, desde mi pequeño lugar; a veces reacciono muy desde el enojo, pero es así. Por eso quizás mi sonido tenga inclinaciones más agresivas y trágicas, pero siempre con un trasfondo sexual, porque cuando estás ahí arriba viendo un montón de cuerpos gozando tu música, siempre quieres llevarlos un poco más allá de lo permitido.

Eres una de las cofundadoras de las fiestas HiedraH en Buenos Aires, y además formas parte de NAAFI. Ambos crews comparten la filosofía de, a través del baile, crear espacios que sirven como refugio para que las personas se desenvuelvan sin prejuicios y sin importar su origen ni bagaje. ¿Qué elementos consideras que hacen falta conjugar para facilitar que se generen estos espacios? ¿De qué manera se derriban las preconcepciones en la pista de baile?

Creo que ya no faltan elementos, sino más bien sobran elementos. Lo único que se necesita es música, personas y una calle vacía donde ser libres para bailar. Pasa que estamos tan acostumbrados a la sensación de "vacío y necesidades" por satisfacer que olvidamos tener los únicos elementos que sí importan. Creo que HiedraH y NAAFI crecieron porque naturalmente cobijaban esos elementos, y porque nacieron como resultado de cotorreos entre amigos. Luego todo se desvirtúa al entrar en el juego por "mantenernos" y ahí nadie puede escapar ni a las revistas, ni a los sponsors, ni al merchandising, y terminamos siendo seres del doble discurso, por más que odiemos eso. Los espacios están, tanto virtuales como reales; solo me encantaría que cada vez sean más reales, sinceros y propios.

Las preconcepciones se derriban "ampliando" la pista de baile, haciéndole saber al público que su rol es igual de importante que el del DJ o productor de la fiesta, que la elección de los espacios donde uno decide gozarla no es inconsciente ni aleatoria; cada lugar nos redefine. Yo prefiero que alguien vaya a HiedraH Club de Baile porque se identifica con la manera de pensar que tenemos y no por banalidades estéticas o, incluso, sonoras. Sumado a todo eso, la única manera de lograrlo es la insistencia.

Relacionados: Ecosistemas en crisis: Entrevista a Pobvio y Lechuga Zafiro de Salviatek

¿Cómo describirías la escena de clubes en Buenos Aires? ¿Has encontrado paralelismos y puntos en común entre esa realidad y la que has experimentado en México y otras partes de América Latina?

Nuestra escena es el under puro, y representa un pequeño porcentaje de toda la propuesta de la ciudad (Buenos Aires). Ese sería el punto principal que nos une, y, a partir de allí, todas las dificultades, desde conseguir un lugar donde te dejen pasar la música que quieras, hasta la dificultad de hacer llegar personas a la fiesta. Pero tenemos sangre latina, pese a todas esas dificultades, nos une el esfuerzo y las ganas de lograrlo, por eso hay escena y puede hacerle frente a cualquier "primer mundo" porque es más real y caliente.

Fuiste una de las participantes de la primera edición mexicana de Ruidosa, uno de los más recientes y valiosísimos esfuerzos dedicados a resaltar el talento de personas identificadas con el género femenino y su labor dentro de la industria musical, que desde siempre ha sido predominantemente masculina cisgénero. ¿Cómo ves desde tu perspectiva la brecha de género en una escena como lo es la electrónica, particularmente en Latinoamérica?

Siento que hay demasiadas quejas virtuales pero pocas luchas reales. Yo soy mujer y cuando quise empezar no le pedí permiso a nadie, iniciando junto a mis amigos nuestro propio refugio. Quizás por eso no puedo tener reproches ni contar malas experiencias de machismo en la escena, pero si puedo contarte pésimas experiencias en la calle, en el día a día.

Sí siento que hay comentarios que uno tiene que comerse por ser mujer, pero fuck it... Hay mujeres que tienen que comerse mierdas mucho más grandes que hasta las llevan a la muerte. Quisiera ver más mujeres que tomen las riendas, pero en lugares como Bolivia, Perú, Venezuela, Brasil... Para que la escena se siga complementando y sea aún más aguerrido todo.

Relacionados: NAAFI y el cruce de fronteras en la escena club global

¿Cuál sería tu utopía de una noche de fiesta ideal? ¿Has visto algo cercano en tu carrera como DJ?

Ideal ideal, donde estén esas tres familias que quiero tanto –HiedraH, NAAFI y Salviatek– en la calle con todos mis amigos, un sound-system bien cabrón, y con todo el público junto, propio de cada fiestas, para hacerlo más utópico y bello. Lo más cercano fue Cumbre Latinx acá en México mi anteúltima HiedraH, dónde fueron Pobvio, el Lechu [Lechuga Zafiro] y eI Maabs. Amo las familias desatándose al festejo. Ojalá se dé alguna vez, inventaría cualquier excusa para lograrlo, hasta algún casamiento quizás.

Conéctate con Tayhana en: Facebook // Soundcloud

Algodón Egipcio está en Twitter.

Continúa leyendo:

El feminismo tiene más de una forma, y Ruidosa Fest es la prueba

HiedraH o el perreo según Foucault: Moviendo el culo para liberar la opresión de los cuerpos

NAAFI #CumbreLatinx en 50 imágenes

Fuiste una de las participantes de la primera edición mexicana de Ruidosa, uno de los más recientes y valiosísimos esfuerzos dedicados a resaltar el talento de personas identificadas con el género femenino y su labor dentro de la industria musical, que desde siempre ha sido predominantemente masculina cisgénero. ¿Cómo ves desde tu perspectiva la brecha de género en una escena como lo es la electrónica, particularmente en Latinoamérica?

Siento que hay demasiadas quejas virtuales pero pocas luchas reales. Yo soy mujer y cuando quise empezar no le pedí permiso a nadie, iniciando junto a mis amigos nuestro propio refugio. Quizás por eso no puedo tener reproches ni contar malas experiencias de machismo en la escena, pero si puedo contarte pésimas experiencias en la calle, en el día a día.

Publicidad

Sí siento que hay comentarios que uno tiene que comerse por ser mujer, pero fuck it… Hay mujeres que tienen que comerse mierdas mucho más grandes que hasta las llevan a la muerte. Quisiera ver más mujeres que tomen las riendas, pero en lugares como Bolivia, Perú, Venezuela, Brasil… Para que la escena se siga complementando y sea aún más aguerrido todo.

Relacionados: NAAFI y el cruce de fronteras en la escena club global

¿Cuál sería tu utopía de una noche de fiesta ideal? ¿Has visto algo cercano en tu carrera como DJ?

Ideal ideal, donde estén esas tres familias que quiero tanto –HiedraH, NAAFI y Salviatek– en la calle con todos mis amigos, un sound-system bien cabrón, y con todo el público junto, propio de cada fiestas, para hacerlo más utópico y bello. Lo más cercano fue Cumbre Latinx acá en México mi anteúltima HiedraH, dónde fueron Pobvio, el Lechu [Lechuga Zafiro] y eI Maabs. Amo las familias desatándose al festejo. Ojalá se dé alguna vez, inventaría cualquier excusa para lograrlo, hasta algún casamiento quizás.

Conéctate con Tayhana en: Facebook // Soundcloud

Algodón Egipcio está en Twitter.

Continúa leyendo:

El feminismo tiene más de una forma, y Ruidosa Fest es la prueba

HiedraH o el perreo según Foucault: Moviendo el culo para liberar la opresión de los cuerpos

NAAFI #CumbreLatinx en 50 imágenes